lunes, 9 de noviembre de 2009

Diálogo sin persecución

Los hechos

El 5 de junio pasado, se produjo el desalojo de la carretera Fernando Belaúnde Terry, en el tramo denominado “La Curva del Diablo”, ubicado en la ciudad de Bagua, al nor-oeste de la región Amazonas. Las acciones se iniciaron cuando un contingente de la DINOES (Dirección Nacional de Operaciones Especiales) intentó sorprender a los indígenas, produciéndose un enfrentamiento en el que los manifestantes habrían desarmado a los policías de sus armamentos de largo alcance. Luego, tuvo lugar un ataque en el que un contingente mayor de efectivos de la DINOES, con el apoyo de dos helicópteros, lanzó bombas lacrimógenas, perdigones y balas para dispersar a los cientos de indígenas que ocupaban la carretera.




Después de tres horas de balacera, los pobladores del lugar rescataron los cadáveres de 4 indígenas. Todos presentaban heridas por impacto de bala en el pecho y espalda, y uno de ellos presentaba quemaduras en el estómago. Durante el enfrentamiento, 12 policías fueron ultimados por los nativos.

Ese mismo día, diferentes organizaciones sociales de las ciudades de Bagua, Bagua Grande y Jaén, se concentraron en las plazas para manifestar su indignación frente a lo ocurrido. La policía actuó como una fuerza de ocupación, apostando incluso francotiradores en los techos que disparaban a la población civil desarmada. Más de 100 personas resultaron heridas por acción de la Policía, entre ellas, la niña Lady Luz Montes, de siete años y Jhon Estela, de 21 años, quien perdió una pierna.

Por la tarde del 5 de junio, en la Estación 6 de Petroperú, los indígenas recibieron la información: “Nos han traicionado. Nos están matando a todos”. Así, un grupo de ellos, lleno de dolor y enardecido, asesinó a 10 de los policías retenidos e hirió gravemente a otros 6. Ocho personas están procesadas por estos homicidios. Al contrario de lo que ocurre con “La Curva del Diablo” –donde se han recabado múltiples testimonios–, de lo ocurrido en la Estación 6 sólo existe la versión oficial.

Según las cifras oficiales, el saldo final de estos trágicos hechos fue: 33 personas muertas: 23 policías y 10 civiles (5 pobladores de Bagua y 5 indígenas), un policía desaparecido (el Mayor Felipe Bazán) y 200 personas heridas (82 de ellas presentan lesiones producidas por arma de fuego).

Se inicia el diálogo pero sigue la persecución

Después de lo ocurrido en Bagua, se generó un proceso de diálogo entre el gobierno y las organizaciones indígenas. Teóricamente, a través de este proceso iban a solucionarse los problemas que dieron lugar a la protesta indígena: dictando leyes para la promoción de sus derechos y el respeto de sus territorios, diseñando un mecanismo de consulta y desarrollando una investigación independiente sobre lo acontecido en Bagua, todo ello a través de cuatro mesas de trabajo.

Sin embargo, el gobierno no está participando de buena fe en este proceso de diálogo ya que durante los casi cinco meses que éste dura, viene hostigando de forma constante a las organizaciones indígenas y obstaculizando de varias formas el desarrollo del proceso de diálogo. Así lo muestran los siguientes elementos:
Ante esta situación, las organizaciones indígenas están llegando a la convicción de que el supuesto diálogo no es más que una estrategia del gobierno para ganar tiempo, y están siendo empujadas a retomar la protesta indígena, con el riesgo de que los hechos de Bagua se repitan.


1 comentario:

  1. muy buena iniciativa, es hora que entre peruanos nos escuchemos, y dejemos de ser un pais de sordos. Felicitaciones!!!

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